sábado, 26 de febrero de 2011

cazuela de atún


Hoy es uno de esos días en que me falta inspiración hasta para agarrar una cuchara. Los hijos, el marido, ¡las mismas tripas! me exigen preparar algo rápido, rico y nutritivo que a la vez justifique mi holgazanería de descongelar desde temprano un trozo de carne, jeje, y por esa razón he decido consultar el recetario de mi querida suegra, que me hizo recordar una sabrosa receta, de las preferidas de Paulino, ¡claro! a falta un bistec.

Se trata de la Cazuela de atún. La receta es relativamente fácil de cocinar si por lo menos sabes agarrar el volteador de huevos. Si por lo general huyes de la cocina y solo entras a ella para comer o porque necesitas el encendedor para fumarte un cigarro, es mejor que le digas a alguien un poco más diestro que te ayude con la receta.

Además esta cazuela de atún te dará una opción más que la clásica ensalada o sandwich, con un toque de sabores muy mexicanos.

Hay van los ingredientes:

  • 2 latas de atún en aceite (si eres de los que cuentan calorías, usa en agua),
  • 2 chiles poblanos en rajas, asados;
  • 20 tortillas de maíz,
  • ¼ de crema, queso para gratinar,
  • 5 jitomates asados y pelados,
  • 1 cebolla mediana, en tiras;
  • 1 diente de ajo, y
  • 2 chiles de árbol asados (si no te gusta picosito, no los pongas).

Confieso que hoy he elegido esta receta por mi gran pereza, y porque no es tan complicada de hacer, y bueno, ya como que me estoy despabilando y entrando en calorcito para ponerme manos a la obra. Lo primero que hay que hacer es ablandar las tortillas en aceite caliente, las cuales reservaremos en un plato. Luego, en un sartén debemos de freír la cebolla y las rajas de chile poblano hasta que queden blandas, pero no muy doradas.

Ahí hay que echar el jitomate que previamente licuamos con el ajo y los chiles de árbol. Ya que incorporemos todos los ingredientes añadiremos el último: el atún y sazonaremos con sal al gusto. Ahora sí, llegó la hora cuchi cuchi: vamos a acomodar en el refractario una capa de tortillas, una capa de guisado, una capa de crema y una última de queso, y lo vamos a repetir otra vez. Finalmente hornearemos nuestro platillo durante 15 a 20 minutos a 350 grados, y mmmmmmm, a comer d e l i c i o s o!!!!

Luego les voy a pasar otra receta de mi querida suegra que aprovecha muy bien el pollo que nos queda al día siguiente. Y recuerden que para cocinar y no morir en el intento son necesarias una pizca de ganas, una libra de hambre, un puñito de malpaso y el ingrediente más importante: el amor. See you…!

Es hora de cocinar!

Por Nancy Águila

Si hay algo que realmente disfruto y lo hago a placer, es la cocina. He de confesar que la vocación nació después de casarme, aunque antes cocinaba obligada por mi madre, solo para prepararme cuando la vida lo demandara. Con mi bella madre aprendí a cocinar la comida ranchera, sabrosa y rústica, que ella aprendió de su mamá, y su mamá aprendió de su abuela.
Pero la cocina mexicana es tan rica y tan extensa, que cuando empecé a cocinar, amplié el recetario de mi mamá con muchísimas recetas de mi querida suegra, que en este espacio compartiré próximamente con todos ustedes.
Las recetas de mi suegra y algunas de mi mamá se las pasaré para que experimenten los sabores de una de las cocinas más ricas que existen. He de agregar que muchas de las recetas son muy regionalistas, como la torta ahogada, las carnes en su jugo y la birria, de origen tapatío de donde soy yo.
La próxima entrega será una de mis muchas recetas, que espero intercambiar con sus propias cocinas, que seguramente tendrán muchos secretos qué contar.

Un abrazo, y a comer rico. Y como diría mi suegra, no olviden cocinar con el ingrediente principal, el amor.